El hábito: Este hábito nervioso puede astillar tus dientes e impactar en la mandíbula. «Colocar la mandíbula durante largos períodos de tiempo en una posición sobresaliente puede ejercer presión sobre ella, lo que está asociado con la disfunción de la mandíbula», dice el Dr. Ruchi Sahota.
La solución: Los esmaltes de uñas de sabor amargo, la reducción del estrés y el establecimiento de objetivos pequeños y realistas pueden ayudar. Si ciertas situaciones son factores desencadenantes, sostén algo entre tus dientes para mantenerlos ocupados.
El hábito: Cepillarse durante dos minutos dos veces al día es uno de los mejores hábitos dentales que puede tener. Sólo asegúrate de no estar esforzándote demasiado. «Cepillarse con un cepillo de dientes duro o cepillarse demasiado, puede dañar los dientes e irritar las encías», dice el Dr. Matthew Messina.
La solución: Usa un cepillo de dientes suave con el sello de aceptación de la Asociación Mexicana de Odontología a la presión adecuada. «No pienses en ‘fregar’ tus dientes. Piensa en dar ‘masajes’ a tus dientes», dice. «Guarda el cepillo de dientes duro para limpiar la lechada en el azulejo del baño».
El hábito: «Esto puede causar astillado o agrietamiento de los dientes, así como sensibilidad muscular o dolor en las articulaciones», dice el Dr. Messina. «También puede sentir que no puede abrir la boca o masticar con dolor».
La solución: «Los ejercicios de relajación y mantenerse al tanto hacen la diferencia», dice. Un protector bucal nocturno también puede ayudar. «Tendrás menos daño dental, menos dolor y dolor muscular y un mejor sueño».
El hábito: «El esmalte dental es un cristal. El hielo es un cristal y cuando empujas dos cristales uno contra el otro, uno se romperá «, dice el Dr. Messina. «La mayoría de las veces es el hielo, pero a veces se rompe el diente o el relleno».
La solución: Toma bebidas frías sin hielo, o use un popote para no tener tentaciones. «El riesgo de masticar hielo es mayor que cualquier placer que se obtiene al masticarlo», dice. «¡Además, el hielo es realmente frío!»
El hábito: Comer todo el día, especialmente alimentos y bebidas azucarados, te pone en un mayor riesgo de caries. Cuando comes, las bacterias causantes de caries se alimentan de los restos de comida, produciendo un ácido que ataca la capa externa de tus dientes.
La solución: Consume comidas balanceadas para sentirte más lleno, más tiempo. Si necesitas un refrigerio, asegúrate de que sea bajo en grasa y azúcar. Si disfruta de algún dulce azucarado, síguelo con un gran vaso de agua para lavar los restos de comida.
El hábito: Tus dientes fueron hechos para comer, no para usarse como tijeras o sostener cosas cuando sus manos están ocupadas. Cuando haces esto, te expones a un mayor riesgo de romperte los dientes, lesionar la mandíbula o de tragar accidentalmente algo que no deberías.
La solución: Detente y encuentra algo o alguien para echarte una mano. Tu boca te lo agradecerá.
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